El envejecimiento es un
proceso biológico que representa cambios morfológicos y una disminución de la
fuerza física, y que se presenta en todos los seres humanos como consecuencia
de la actividad humana.
La presencia de un gran número de
factores de riesgo hacen de este proceso uno de los más importantes en el campo
de investigación tanto clínica como científica, ya que diariamente llegan a la
etapa de la vejez una gran cantidad de personas en todo el mundo.
Debido a la gran importancia que tiene
este proceso desde una visión epidemiológica, en el presente ensayo nos
enfocaremos al análisis del papel que desempeñan los radicales libres dentro de
la génesis del envejecimiento. Además destacaremos la participación de los
antioxidantes como parte de las estrategias que se han desarrollado desde el
punto de vista profiláctico y terapéutico para el envejecimiento.
Ø
Mecanismos de producción
Ø Radicales y envejecimiento
Ø
Antioxidantes
Ø
Elección del
tema.
Ø
Para la
realización de este ensayo buscamos y seleccionamos la información en
diferentes fuentes: libros, revistas e Internet.
Ø
Enseguida se
realizo la lectura, análisis, resumen y discusión de la información.
Ø
Elaboramos
borradores para el desarrollo de cada uno de los subtemas.
Ø
Capturamos la
información y estructuramos el ensayo cuidando ortografía y redacción.
Ø
Por ultimo se
imprimió.
Ø
Hoja de
presentación: contiene los datos necesarios que nos identifican: plantel, tema, nombre de los asesores, de los
participantes y semestre.
Ø
Índice: en el
encontramos las diferentes secciones del ensayo y las páginas en que se ubican.
Ø
Introducción:
esboza los segmentos en que se divide el trabajo.
Ø
Desarrollo:
detalla la información esencial que el equipo expone, previa lectura, análisis
y discusión de diferentes textos y materiales.
Ø
Conclusiones:
parte final del ensayo que contiene nuestras
deducciones.
Ø Bibliografía: aquí se encuentran ordenadas
alfabéticamente las diferentes fuentes de consulta.
ANTECEDENTES
Hace 4500 millones de años los radicales
libres permitieron el origen de la vida, mediante la interacción de aminoácidos
y de las bases púricas y pirimídicas dando origen al ADN.
A mediados de la década de los 50 los investigadores postularon la teoría de
los radicales libres. La primera demostración química de la existencia de los
radicales libres se obtuvo en 1845 con
el aislamiento del radical nitroxilo, a partir de la
sal de Fremy (KSO3)2NO.
Los radicales libres orgánicos fueron
descubiertos por Gomberg en 1900 y, se postuló que
podía tener alguna función biológica. En 1946 Michaelis
propuso que los radicales libres eran intermediarios obligados de las vías
metabólicas de todas las células, desafortunadamente esta afirmación fue
ignorada por los bioquímicos de aquella época.
En 1954 la investigadora, Rebeca Gerschman, sugirió por primera vez que los radicales libres
eran agentes tóxicos y generadores de enfermedades más comunes en la vejez. En 1966 Slater propuso que el efecto tóxico del tetracloruro
de carbono sobre las células del hígado se producía por una reacción de
radicales libres; formuló la teoría de que los radicales libres son
responsables de lesiones en los tejidos, pero no fue hasta 1980
cuando se inicio la investigación
clínica permitiendo descubrir que los radicales libres tenían un papel
importante en la vejez.
En 1922 se descubrió el primer antioxidante, la vitamina E. Hacia 1957,
se describe por primera vez a la enzima encargada de disminuir los efectos del
peróxido de hidrógeno y del glutatión sobre la
hemoglobina de los eritrocitos; esta enzima se denominó glutatión
peroxidasa (GPO). Es importante mencionar que esta
enzima contiene selenio en su principal sitio activo. Así como los radicales libres contribuyeron
para que se originara la vida,
influyen también para dar origen
a la vejez provocando enfermedades incurables que pueden llevar hasta la muerte.
Los radicales libres son átomos o grupos de átomos producto de la
oxigenación celular, son inestables y muy reactivos. Estas moléculas aportan un
electrón no apareado y busca otras moléculas para corregir este desequilibrio,
por ejemplo:
Esto significa que los radicales libres
están cargados eléctricamente y necesitan
otras moléculas para neutralizar su carga.
Están considerados como un tipo especial de
molécula.
También
puede considerárseles como fragmentos
de
moléculas de mayor tamaño, las cuales se forman a partir de la ruptura de aquellos enlaces en los cuales
sólo se encontraba un electrón, compartiendo dicho enlace.
Los radicales libres son moléculas que
surgen cuando el cuerpo transforma los nutrientes en energía y cuando este está
expuesto a sustancias venenosas como el humo del cigarro, gases de escape de
autos, radiación, alcohol, alimentos grasos y la luz ultravioleta, entre otros,
que se muestran en la siguiente figura:
Debido a la inestabilidad de los
radicales, estos reaccionan con las
moléculas vecinas para estabilizarse, lo
que da paso a una serie de reacciones en cadena que pueden alcanzar a miles de moléculas.
En realidad son muchas las
sustancias que pueden generar radicales
libres principalmente en la mitocondria que fabrica energía, oxidando las
sustancias que consumimos: harinas, grasas, etc. Para quemarlas necesitan el
oxigeno que respiramos. Hace 15 años se descubrió que las mitocondrias no usan
todo el oxigeno que les llega, un 2% se convierte en formas químicas nocivas,
llamadas radicales libres, los cuales bombardean la mitocondria, atacan las
moléculas básicas en la vida de la célula: carbohidratos, proteínas, lípidos,
ácidos nucleicos; les alteran sus estructuras y cambian sus funciones.
Los radicales libres reaccionan con el
oxigeno y pueden reducir el suministro de éste; y al reducirse el oxígeno se
forman radicales libres dañinos.
Nuestro cuerpo al igual que todo los que
nos rodea está constituido por átomos que se agrupan en moléculas. Los
radicales libres destruyen los lípidos, las lipoproteínas, las membranas
celulares, mientras que las MPs provocan la desintegración de la matriz extracelular
dérmica, los compuestos altamente reactivos derivados del oxígeno causan
severos daños moleculares; y estos efectos tienen relación con el
envejecimiento y la aparición de ciertas enfermedades.
El problema para nuestras células se
produce cuando se da un exceso de radicales libres en nuestro sistema y los
oxidantes no intervienen debido a que el organismo no los consume para que sean
capaces de neutralizar la acción oxidante de una molécula estable y de una inestable.
Los radicales actúan nocivamente en la membrana
celular, induciendo lesiones del endotelio vascular y trayendo como
consecuencia la acumulación de plaquetas, calcificación y elevación del
HDL-colesterol. En la siguiente figura se muestra como los radicales actúan
sobre la pared celular.
Además de destruir y mutar su información
genética facilitando el camino para que se desarrollen enfermedades como: la
artritis, el cáncer, el SIDA, esterosclerosis, el alzheimer, tensión arterial alta, cataratas, glaucoma,
gangrena, enfisema, ataque cardiaco y, hasta cierto punto, la piel arrugada.
Algunas de las manifestaciones de estas enfermedades se muestran a continuación:
Los radicales libres pueden ser destructivos
cuando están fuera de control, y son la mayor causa del envejecimiento. Ellos
pueden ser perjudiciales cuando se unen a la proteína que le da vida al tejido,
impidiendo que éste realice su tarea de rejuvenecimiento. Los radicales libres
atacan la membrana de la célula, acumulan grasas y dañan el ácido nucleico (
RNA y el DNA ).
Existe un gran número de radicales
libres; sin embargo, en el ser humano los más importantes son los del grupo del
oxígeno y se denominan radicales libres de oxígeno o especies reactivas de
oxígeno (ERO).
El oxígeno es el principal compuesto
generador de daño dentro del grupo de los radicales libres, a pesar de ser una
sustancia vital para la vida y de encontrarse en grandes cantidades en el
ambiente.
Pero lo cierto es
que no todos los radicales libres son
malos, de hecho nuestro propio cuerpo los fabrica para luchar contra bacterias
y virus que continuamente están atacando nuestro sistema inmune, sin embargo
los radicales libres son muy importantes para un proceso normal biológico, pero
si no hay un control ejercido por los antioxidantes las células sanas pueden ser
dañadas. Los radicales libres producidos por el cuerpo para llevar a cabo
determinadas funciones son neutralizados fácilmente por nuestro propio
sistema.
Se sabe
relativamente poco del proceso del envejecimiento, pero este es ahora un activo
campo de investigación científica.
Gracias a los avances en la medicina y en la salud pública han dado por
resultado la supervivencia de un mayor porcentaje en la duración máxima de vida
para ambos sexos.
El envejecimiento,
en biología es el conjunto de modificaciones inevitables e irreversibles que se
producen en un organismo al paso del tiempo y que finalmente producen la
muerte. En el hombre las modificaciones
comprenden la reducción de flexibilidad de los tejidos, la pérdida de algunas
células nerviosas, el endurecimiento de los vasos sanguíneos y la disminución
general del tono corporal, aunque más evidente es la vejez, que puede comenzar
mucho antes, durante la niñez o aún durante la vida prenatal.
Merece
especial mención el proceso ateroesclerótico, ya que
es un proceso típico del envejecimiento en el mundo occidental, y al cual nos
referiremos en los siguientes párrafos.
Debido a ello se ha desarrollado una
hipótesis a los posibles mecanismos participantes en la génesis de la
aterosclerosis y el papel de los radicales libres. Esta hipótesis señala que
ocurren varias reacciones cruciales donde participan los radicales libres; sin
embargo, aún no es del todo claro el comportamiento y desarrollo de dichas
reacciones.
Inicialmente se presenta la fase de
oxidación, en esta fase se propone a la oxidación de las lipoproteínas de baja
densidad (C-LDL) como factor crítico en la producción de radicales libres en
este nivel. El OH inicia la peroxidaxión de los
ácidos grasos polinsaturados de cadena larga dentro
de la molécula de las C-LDL, con lo que se incrementa la formación de radicales
libres de lípidos hidroperóxido (LOO).
Es importante mencionar que estas
sustancias interactúan con la porción de aminoácidos de los enlaces de la apoproteína B100 modificándola para formar nuevos epítopes, los cuales no serán reconocidos por el receptor
de las C-LDL. Una vez oxidadas, las C-LDL son captadas por parte de los
macrófagos, los cuales presentan un receptor específico conocido como scavenger (“carroñero” o “barredor”). Una vez
captadas las C-LDL oxidadas, van a ser ingeridas tanto por monocitos
como por macrófagos, formando así las células espumosas, la acumulación de
estas células a nivel del endotelio arterial dará origen a las estrías grasas
que están consideradas como el primer dato histopatológico de enfermedad.
Otra
característica de las C-LDL oxidadas es la producción de colágeno, elastina,
para estimular la expresión del factor estimulante de colonias de macrófagos
(FEC-M), del factor estimulante de colonias de granulositos y macrófagos
(FEC-GM) de la proteína quimiotáctica
de monocitos 1(PCM-1),
factores inmunogénicos, así como a otras células
citotóxicas.
En el siguiente esquema se muestra
como las proteínas actúan en la defensa
del sistema
inmunológico.
Por otro lado, la presencia de lípidos
peroxidados desencadena la inhibición de la prostaciclina,
la cual, al estar en contacto con los factores de crecimiento celular
estimulados por las plaquetas, va a condicionar la formación de trombos en la
zona en la que se llevan a cabo estas reacciones.
Otro aspecto importante dentro de esta hipótesis está dado por parte del
óxido nítrico (ON o NO). Este es sintetizado en el corazón por medio de dos
enzimas:
·
La óxido nítrico sintetasa
inducible (ONSi)
La ONSc está presente en el endotelio
coronario, en el endocardio, en el miocardio, así como en el músculo liso
vascular. Por su parte, la ONSi está localizada en el
endocardio, en el miocardio y en el músculo liso vascular. La presencia de ON,
desencadena una relajación en los miocitos, además
participa en la regulación de la circulación coronaria, así como en la
contractilidad miocárdica. Como se muestra en la siguiente figura.
Otra función desempeñada por el ON se observa
a nivel de la agregación plaquetaria y leucocitaria, las cuales están inhibidas en presencia de
éste; con ello se logra proteger al miocardio ante los eventos en los cuales el
flujo cardiovascular está comprometido debido a la presencia de un proceso
oclusivo en la circulación coronaria. Sin embargo, una sobreproducción en los
niveles de ON va a ocasionar una vasodilatación por efecto directo sobre la
pared muscular vascular, lo que condicionará una resistencia a los estímulos
vasoconstrictores, así como un incremento en la permeabilidad vascular.
La sobrexpresión de la ONSi está
implicada dentro de los mecanismos causales de disfunción y daño tisular en un
gran número de enfermedades tanto agudas como crónicas del sistema
cardiovascular, las cuales se caracterizan
por la presencia de respuesta inflamatoria.
La
enfermedad aterosclerótica está considerada como una enfermedad inflamatoria
crónica de la pared de los vasos. Por ello, al exponerse a endotoxinas
y ciertas citocinas, se desencadena la expresión de
la ONSi en las células vasculares endoteliales,
en las células de músculo liso, en el endocardio y los macrófagos localizados
en la pared vascular. Esta situación condiciona una liberación prolongada de
ON, lo que conlleva a un daño endotelial, así como a una disfunción de la misma
zona.
La
hipótesis propone una serie de efectos deletéreos correspondientes al ON; está
basada en la naturaleza de radical libre de este óxido, así como en la elevada
reactividad que presenta. El ON difunde a través de la membrana en
búsqueda de células adyacentes, en las
que desencadena reacciones al tener contacto con los centros hierro-sulfuro de
algunas enzimas cruciales para la síntesis de ADN. Otros hallazgos importantes
relacionados con el papel que desempeña el ON en la enfermedad aterosclerótica,
han propuesto que éste influye dentro de la contractilidad miocárdica, la cual
se ve disminuida al estar presente este óxido, ya que altera la relajación del
corazón.
Por todo lo anterior, podemos concluir
que el ON participa en la modulación del sistema cardiovascular al mantenerse
un equilibrio entre sus efectos hemodinámicos y sus
efectos citotóxicos. Una sobreproducción de ON secundaria a la presencia de la ONSi es potencialmente peligrosa para el ser humano.
Como mencionamos previamente, la
presencia de radicales libres en la sangre cuyo objetivo principal es intentar
unirse a las células- podrá proporcionar aquellos electrones para mantenerse
estables molecularmente, sin importar si al hacerlo van a generar un daño
importante llevándolas inclusive hasta la muerte. Cuando estos radicales se
combinan con las lipoproteínas de baja densidad, van a provocar la oxidación de
dichas lipoproteínas. Al ocurrir dicho fenómeno se desencadenará la formación
de las conocidas placas ateromatosas dentro de las paredes arteriales.
El proceso de oxidación de las C-LDL
promueve el desarrollo de la aterosclerosis; sin embargo, es muy poco lo que se
sabe de la relación existente entre los aspectos genéticos y la participación
del estrés oxidativo en el desarrollo de la placa ateromatosa.
Con respecto a lo anterior, la
participación de la superóxido- dismutasa
extracelular como mecanismo regulador en el proceso de estrés oxidativo, se ve alterado en algunos pacientes que
presentan mutación del gen que codifica a dicha enzima. Estos pacientes carecen
de los mecanismos de defensa necesarios para la oxidación. Los cuales suelen
estar más propensos a desarrollar tanto enfermedad aterosclerótica como
vascular cerebral.
Uno de los radicales libres que se ha
observado con mayor frecuencia y por lo tanto se le relaciona de manera
estrecha con el desarrollo de aterosclerosis es el radical superóxido (O2*).
Dicho radical ha sido objeto de estudio en diferentes grupos de investigación,
por ejemplo en uno de estos estudios realizados se observó que la disminución
en los niveles de NAD(P)H oxidasa va a condicionar
una disminución en los niveles de (O2*), lo que deteriora
principalmente la relajación dependiente del endotelio.
En las dos últimas décadas, un gran
número de estudios han descifrado los mecanismos bioquímicos sobre los cuales
se sustentan todas las teorías relacionadas con el proceso aterosclerótico.
La gran mayoría de ellas se centran en un grupo celular específico conocido
como células espumosas; otro punto importante que hay que destacar es el
relacionado con la actividad de los radicales libres sobre la modificación
ejercida en las lipoproteínas de baja densidad (C-LDL). Las células espumosas
contienen en su interior un gran número de partículas derivadas de las C-LDL
oxidadas.
La velocidad con que
el oxígeno provoca la activación de las enzimas en el organismo es tan lenta,
que no explica la aparición tan rápida de sus efectos tóxicos. La mayor parte del oxígeno utilizado por el
organismo se reduce a agua en la cadena respiratoria; durante este proceso son
generados, de forma sucesiva, el anión superóxido (O2), peróxido de
hidrógeno (H2O2), y el radical hidroxilo (OH-) los cuales
en condiciones normales no difunden al resto de la célula. Para iniciar
es necesario conocer el término
oxidación para ser más sencilla nuestra investigación. Hay una oxidación
siempre que una sustancia se combina con oxígeno. El metabolismo de los
alimentos implica una serie compleja de reacciones lentas de oxidación que
producen bióxido de carbono y agua.
Al
respirar, el oxigeno penetra en los pulmones, de donde pasa al torrente
sanguíneo que trasporta el oxígeno a todas las células donde se usa el
metabolismo de las moléculas de alimentos ingeridos. El oxígeno es necesario
para los procesos químicos que ocurren mediante el metabolismo, y la energía
calorífica que se libera mediante el mismo se emplea para mantener la
temperatura corporal. El metabolismo proporciona también la energía necesaria
para la actividad física y mental. La existencia misma de los seres humanos
depende del oxígeno y la oxidación
Se define como
antioxidante a aquellas sustancias que presentes a bajas concentraciones
respecto a los de un sustrato oxidable (biomoléculas)
retarda o previene su oxidación. El antioxidante, al chocar con el radical
libre cede un electrón, se oxida y se transforma en un radical libre débil no tóxico.
Los
antioxidantes son sustancias que tienen la capacidad de inhibir la oxidación
causada por los radicales libres. Unos actúan a nivel intracelular y otros en
la membrana de la célula, siempre en conjunto para proteger a los diferentes
órganos y sistemas.
Un
nutriente tiene propiedades
antioxidantes cuando es capaz de neutralizar la acción oxidante de una
molécula inestable o lo que es lo mismo un radical libre sin perder su propia
estabilidad electroquímica. Los antioxidantes contrarrestan los radicales que
pueden dañar las células.
CLASIFICACIÓN DE LOS ANTIOXIDANTES
Los antioxidantes son clasificados de
acuerdo a su trabajo y a su localización, pueden ser enzimas naturales,
antioxidantes obtenidos en la dieta o antioxidantes farmacológicos. Además de que
actúan como neutralizantes para proteger la membrana celular. Como se aprecia en la siguiente figura:
En el plasma sanguíneo encontramos
antioxidantes naturales (proteínas); así como la bilirrubina, ácido úrico,
vitamina C, vitamina E, beta caroteno, melatonina,
flavonoides y estrógenos, los cuales se encuentran principalmente en frutas y
verduras:
Los flavonoides son compuestos pelifenólicos
concentrados en las plantas como frutas
y vegetales, que son excelentes antioxidantes;
comúnmente se encuentran en el té verde, en el vino y en las frutas que
son cosechadas hasta su maduración.
A pesar de que actualmente se cuenta con
una cantidad importante de información relacionada tanto con la formación de
radicales libres, su producción, tipos y mecanismos de acción, no sólo en el
proceso del envejecimiento, sino como parte importante en el desarrollo de las
enfermedades. Además, aunque se conoce el papel desempeñado por los
antioxidantes dentro de este proceso, aún no se logra detener o manipular al
100% la actividad de estos radicales. Por ello es de suma importancia mantener
una vigilancia estricta de la personas que se acercan a la etapa de la vejez
con el objetivo de mantener en las mejores condiciones a dichos individuos, haciéndolos cocientes que la prevención y los
hábitos alimenticios son parte de los puntos clave en el proceso del
envejecimiento.
Al estudiar los radicales ampliamos el
mundo que poseemos acerca del proceso del envejecimiento. Asimismo nos dimos
cuenta que son favorables en gran parte (los radicales libres) para protegernos
de muchas enfermedades. El mundo de los radicales libres, suele ser y será
siempre un mundo enorme que siempre estará rodeándonos con sus procesos.
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antioxidante de los flavonoides – www.buenasalud.com
[email protected]
Toll free 866. 511
JIMÉNEZ Silvia -
Radicales Libres – Solo Mujeres. 2000